“Yo os considero como hombres, como criaturas susceptibles de pensar y de sentir, como hermanos míos, hijos de Dios, formados a su imagen y semejanza, y en quienes la huella de la culpa no ha podido borrar enteramente su noble origen” (Arenal, Cartas a los delincuentes 6)
Esta cita refleja los pensamientos de Concepción Arenal porque dice que los hombres son fundamentalmente buenos y que son capaz de arrepentirse por sus crímenes. Arenal dice en su primera carta algunos criminales son capaz de corregirse y sino, muchos de ellos no van a mejorar o hacer mal a la sociedad después de arrepentir honestamente de su delito. Arenal piensa esto porque ella cree que los encarcelados son productos de su ambiente. Los presos no han podido florecer por sus malas inclinaciones y hábitos (Cartas a los delincuentes 5).
Concepción Arenal también compara la prisión a una hospital. En una hospital hay que curar los cuerpos enfermos pero en una prisión hay que curar enfermedades de la alma (Cartas a los delincuentes 5). Arenal no niega que algunos de los presos no se pueden curar y que si hay casos raros en que un hombre es un monstruo verdadero. “Oyen el lenguaje de la justicia y de la razón como el ruido de un idioma que no comprenden” (Cartas a los delincuentes 5).