El jueves 12 de marzo del 2020 me mude de mi cuarto en la Universidad de Stony Brook, a mi casa en Rockland, Nueva York. La idea de estudiar desde casa y que algún día por una crisis mundial tendría que empezar clases obligatorias en línea nunca se me había pasado por la cabeza.
Lunes 30 de marzo
Hoy, a las dos y media de la tarde oficialmente tuve mi primera clase a través de zoom y después de esa, otra clase a las 4pm. Por dicha, las dos clases que tuve hoy son clases en las que me siento cómoda hablando y comunicándome. Creo que parte de la comodidad viene del hecho de que las clases son en español y como el español es mi lengua nativa se me es más fácil hablar. Además, el profesor hizo lo que pudo para hacernos sentir literalmente en casa, aunque ya todos estamos en casa, no había tensión ni timidez. Algunos estábamos comiendo y otros estaban tomando café y honestamente, creo que mi primer día de clases en línea fue un éxito.
Jueves 2 de abril
Hoy es celebré mi cumpleaños a seis pies de distancia de mi familia y desafortunadamente rompí la tradición de soplar las velas de cumpleaños después de 21 años haciéndolo. Hoy día también se marcan dos semanas desde que entré en contacto con alguien de mi trabajo que tiene el Coronavirus. No tuve la oportunidad de llegar a hacerme el examen para ver si contraje el virus porque desafortunadamente los exámenes son escasos. No presento síntomas alarmantes, pero desde que empecé las clases en línea me dan dolores de cabeza todos los días. Parte de estos dolores de cabeza se deben al cambio de vida. Casi todos los días tengo que estar sentada al frente de una computadora ya sea para estar en clase o para hacer tareas y aunque siempre hice uso de mi computadora en clases, es muy distinto ahora ver que las clases están en mi computadora. Todavía se me es difícil aceptar el hecho que por el resto de este semestre no voy a poder sentarme en un aula de clases y mi punto de vista de clases en línea está cambiando.
Lunes 6 de abril
Los días de clases en línea se están poniendo más complicados y las tareas se siguen acumulando. Desde el sábado 4 de abril no tengo acceso al internet. Estos 3 días que han pasado fueron una pérdida de tiempo ya que no tuve la oportunidad de tratar y ponerme al día con mis asignaciones. Cada día que pasa recuerdo los días más simples cuando podía salir a la librería o cuando mis clases no eran a través de zoom y blackboard. Es casi como si extrañara el tener que estudiar y después caminar a clases para tomar un examen.
Miércoles 8 de abril
Hoy estoy editando mi blog para poder publicarlo y a pesar de algunos obstáculos de aquí y de allá, pude ponerme al día con mis asignaciones y por supuesto, sigo cruzando los dedos para que el siguiente semestre vuelva a la normalidad.
Para culminar quisiera dejar aquí una frase muy conocida que mi bisabuela siempre me dice:
“Al mal tiempo, buena cara”.
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