Si nos imaginamos una historia como si fuera un cuerpo humano con la cabeza como el final y los pies como su fin, y lo comparamos con la estructura de Crónica de una muerte anunciada nos daríamos cuenta que son dos cosas diferentes. Esta historia tendría los pies como cabeza y viceversa. La crónica sobre la muerte de Santiago Nassar es exactamente eso. Un relato con una organización no cronológica por sus capítulos porque empieza con el final y termina con el inicio. Pero eso no es lo suficiente para hacerlo un ornitorrinco de la prosa. Si acaso podría ser un fenómeno de ser humano y nada más.

 

Esta crónica tiene muchos elementos periodísticos como la investigacion y recopilacion de hechos para reconstruir lo que ya pasó. Gabriel García es muy eficaz al poner todo lo que sabe a través de testigos y también lo que no sabe. “De esta agua no has de beber,” Victoria Guzmán le dijo a Santiago Nassar cuando este sujeto a su hija y se le insinuó sexualmente. Existe un código moral en la ciudad donde la historia tiene lugar y es que cualquiera que tenga dinero se le permiten ciertos abusos. En este caso hablamos de propasarse sexualmente con las personas de servicio que si bien puede no ser bien visto, es aceptado como normal por el pueblo. Estos datos son capaces de dibujar una imagen en un lector pero no son suficientes como para ser consideradas una novela o un cuento.

 

Hay mucho más en esta historia como para clasificarla en una sola cosa. En lo periodístico, la historia contiene datos obtenidos a través de documentos y entrevistas. Como el informe del juez que procesó a los gemelos que terminaron con la vida de Nassar debido a que este fuera el responsable de que su hermana ya no fuera virgen. García Márquez viajó por todo el pueblo para tener un relato de lo más exacto posible sobre lo qué pasó ese lunes maldito en donde la muerte de Nassar parecía que no pudo evitarse. 

 

García Márquez logra combinar sus habilidades periodísticas y narrativas para producir algo que no es lo uno ni lo otro. Algo amorfo si se le intenta clasificar. De poder representarse visualmente esta historia seria algo parecido a un ornitorrinco. Parece un castor pero tiene pico de pato. Parece un mamífero pero pone huevos. Es la crónica de García Márquez mejor conocida como El ornitorrinco de la prosa.