García Márquez ha escritos muchas crónicas con todos los elementos esenciales de una crónica. Sin embargo en su relato “Crónica de una muerte anunciada” podemos decir que no utiliza todos los elementos necesarios para una crónica exitosa. Esto ocurre porque la crónica es un ornitorrinco lleno de elementos pero sin definición concreta. Cómo lo define Juan Villoro “la crónica es un animal cuyo equilibrio biológico depende de no ser como los siete animales distintos que podría ser” (La crónica, ornitorrinco de la prosa).
https://disney.fandom.com/es/wiki/Perry_el_Ornitorrinco
Al usar un elemento más que otro, la crónica se transforma en ese elemento. Por eso esta, en particular es una novela más que una crónica. Es parecida a las novelas policiacas donde se incorporan elementos de investigación, interrogación y testimonios. La realidad y la fantasía están presente en este relato, aunque no mezclados al mismo tiempo. La historia te lleva a creer que hasta lo más irreal es normal. Pero todos sabemos que no es posible que todo un pueblo sepa lo de este asesinato premeditado menos la víctima. Si lo irreal no estuviese presente, la realidad de Santiago hubiera sido otra. Hubiese corrido a un lugar más cercano, o su madre no hubiese cerrado la puerta o su amigo lo hubiese encontrado para entregarle su pistola a tiempo o cualquier otro resultado. Este tipo de drama o exageración es más común en las novelas y al usarlo tan a menudo en la historia, se aleja más de lo que debería ser una crónica. Hasta el tema del honor hace a esta historia irracional y poco razonable semejante a la trama de las telenovelas. Al enfocarse en una de sus 7 partes (novela, reportaje, entrevista, cuento, teatro, ensayo y autobiografía), este ornitorrinco deja de ser ornitorrinco.