El 3 de febrero, los votantes se reunieron en Iowa para mostrar su apoyo a sus candidatos favoritos. Sin embargo, los problemas llegaron rápidamente, ya que no pudieron pronunciar un ganador. El País lo llamó una “fiesta de confusión,” porque El partido democrático decidió usar una aplicación telefónica para contar mejor los votos. Hubo una irregularidad en la aplicación, según La Jornada, que se convirtió en un “desastre.” En facto, el evento fue vergonzoso por los demócratas, resultando en “caos, desesperación, y burla.” El incidente hizo que los demócratas no pudieran anunciar un ganador claro del día.
Semana dijo que el retraso puede haber venido de una nueva ley que obliga a los comités a informar de tres conjuntos de dato. La aplicación no pudo informar para 1.681 lugares de votación alrededor de Iowa, y el número de teléfono utilizado como copia de seguridad también falló. El Mundo dijo que para la medianoche, sólo el 3% de los votos habían sido contados. Se suponía que el caucus tendría todos los votos a las 9 de la noche. La Semana ha confirmado que los problemas no se debieron a un hack ni cualquier tipo de intrusión.
Ambos candidatos Sanders y Buttigieg se están considerando a sí mismos los ganadores. Sanders ganó el voto popular, pero Buttigieg había asegurado la mayoría de los delegados. Mientras que los demócratas no pudieron producir un ganador, el partido republicano celebró una victoria para el titular Donald Trump. “La única persona que puede reivindicar una gran victoria en Iowa anoche es ‘Trump,” dice una persona de La Jornada. El evento ha suscitado preguntas sobre la legitimidad del caucus de Iowa. En el pasado, los ganadores del caucus generalmente ganaban las nominaciones. Sin embargo, el Nuevo Herald dijo que mucha gente están cuestionando si Iowa debe ser utilizado como el primer caucus en el futuro.
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