Julen, un niño malagueño de tan solo dos años de edad sufre una tremenda caída por un pozo de tan solo veinticinco centímetros y de más de cien metros de profundidad el pasado mes de diciembre de 2019. Los primeros indicios mostraban que desgraciadamente había caído por ese diminuto orificio pero no era la única opción del paradero de Julen. Después de doce días de laboriosos trabajos y de sufrimiento para la familia y para casi el mundo entero, localizaron el cuerpo sin vida del pequeño en el diminuto agujero.
Son muchos los periódicos de todo el mundo que relatan la noticia del niño de dos años de edad, todos de una forma diferente pero al mismo tiempo con un cierto parecido, todos cuentan la desgraciada noticia desde lo más profundo corazón y con un gran sentimiento de desconsuelo y angustia.
Así lo cuentan en la Radio Televisión de Castilla y León donde las palabras de desangelo y tristeza vibran en la voz de la periodista que nos muestran la complejidad del trabajo para hallar al pequeño. “No te sientes al cien por cien útil”, dice una de las miles de personas que estuvieron trabajando día y noche en el pueblo de Totalán, un municipio de Málaga.
De diferente manera es relatada la catástrofe en el periódico de Argentina llamado Clarín, donde se basa en una serie de preguntas y respuestas siendo ilustradas y explicadas con varios mapas e infografías donde se puede conocer varias peculiaridades del traspiés. Además, para un lector no argentino, resulta llamativo el tono afectivo de la palabra “nene” ya que este término es utilizado de forma cariñosa e informal en varios países de habla castellano como puede ser España y no suele ser utilizado en medios de comunicación.
Según el periódico El Espectador con acento colombiano, los equipos de rescate encuentran un pelo del niño en el pozo y eso da una pequeña muestra de tranquilidad a toda la comunidad pero siguen con los laboriosos trabajos de rescate. Además hace una comparación -para mostrar la complejidad -con un caso ocurrido en Estados Unidos donde un niño cayó a un pozo de siete metros y tardaron más de setenta horas en rescatarlo.
Finalmente, la autopsia lograda el veintiséis de enero revela que Julen, el niño atrapado en un pozo, murió por la caída; así lo titulaba el periódico El Milenio de México. José A. López nos muestra al principio de la noticia unas angustiosas imágenes de la ropa que llevaba el pequeño Julen y termina con la agridulce frase: “el amplio dispositivo de rescate logró que su familia pudiera darle, al fin, el último adiós”.
Después de más de un año del fatídico accidente del pequeño, los padres de Julen piden prisión para el propietario de la finca ya que el pozo no tenía señalización y no contaba con ningún tipo de autorización; así lo señalaba el periódico La Nación de Costa Rica.