Una discusión del bilingüismo con Profesora Nora Schapira

       

        Nora tiene tres títulos de tres universidades, en Argentina, su país de origen,  tomó clases en español y para su Maestría en Educación tomó clases en inglés. Pero para su segundo título que obtuvo en Oregón donde tomó clases en inglés y francés, su concentración, mientras hablaba castellano en casa, ella lo recuerda como el momento de su vida donde fue realmente trilingüe. Ella tuvo que tomar clases de idioma, primero de inglés después de francés, desde la primaria, y dice que debe mucho al estudio de los idiomas porque siempre le ha abierto puertas reales y mentales.

         Ella atribuye la posibilidad de tener una segunda carrera en los Estados Unidos, en parte al hecho de saber otro idioma porque se encontró en un país donde no conocía  a nadie saber algo de inglés le permitió entrar a la universidad y conseguir trabajo como maestra. Esto es uno de los grandes ejemplos que ella dio de la ventaja de aprender otro idioma, porque “Nunca sabes cuando o donde lo vas a usar pero en ese momento te va a salvar.” No es una sorpresa entonces que ella apoye a muchos programas que exigen que sus estudiantes tomen uno, o mejor aún más, años de un idioma extranjero. Para Nora sería aún mejor si los alumnos en el secundario tuvieran que tomar cuatro años de otro idioma porque no tiene sentido obligar a estudiantes universitarios a tomar un año de una lengua extranjera sin un contexto fuerte detrás: “Un requisito por ser requisito no tiene sentido y es un perdida de tiempo y dinero.” Explicó que para ella dentro del contexto escolar, los  idiomas que no sean el inglés, no importa si sea el español, el francés, son “la hiena” mientras que las ciencias y matemática son “el león” pero “Nunca nadie [le] ha dicho que se arrepienten de no seguir estudiando química y sí muchos adultos me han comentado que lamentan no haber seguido con Español, por ejemplo.” 

        Este mismo punto de vista está reflejado en el concepto de diglosia extendida donde el idioma secundario es usado en casos limitados a favor del idioma primario, el inglés en este caso. Una expansión de programas bilingües, como los que están apareciendo en lugares como Los Ángeles, donde los niños aprenden en inglés por medio día  y en español por el resto, corregiría este problema. Maestras como Nora, quien también ha dado clases y programas de verano en español para niños, dando a los  alumnos de edad preescolar y primaria, la oportunidad de aprender en dos idiomas como idiomas iguales en vez de tener un idioma dominante. 

       Como último punto, este tipo de sistema de desigualdad entre los idiomas y el tratamiento del estudio de idioma como “simpático” esta basada en el etnocentrismo y la  xenofobia. Nora explicó que, en su opinión, en parte la realidad es que una gran parte de la población en los Estados Unidos no le encuentra sentido a estudiar un segundo idioma porque no ven una razón por aprender cómo comunicarse con alguien que no hable inglés. Entonces el etnocentrismo limita significamente los oportunidades de la gente que tiene ese punto de vista. Aún en un campus como en la universidad de Stony Brook donde hay una población de alumnos muy diversa, cada uno tiende a reunirse y frecuentar  otros que hablan su mismo idioma. En situaciones como esta el poder hablar más de un idioma se convierte en una herramienta, una que podes usar de por vida, porque “no importa si tenes un PHD o trabajas en Home Depot” todos pueden usar el bilingüismo.

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *