Paul Alberti | Nuestros cielos | Stony Brook, New York 11 de abril de 2019- 07:08PM EST
En 2015, Máxima Acuña se volvió famosa a través del mundo por su activismo. Ella luchó por la protección de la laguna de Conga. El artículo, “La dama de la Laguna Azul versus la Laguna Negra” de Joseph Zárate, cuenta la historia de su lucha contra el gobierno peruano y las mineras que querían desalojarla para excavar el oro de su tierra. Este artículo provoca la cuestión: ¿Es justo destruir la naturaleza para desarrollar la economía global?
Para contestar a esta pregunta, se tiene que analizar el papel de la globalización. En el artículo, “Dilemas de la globalización: Hibridación cultural, comunicación y política” de Juan de la Haba, la entrevista con Néstor García Canclini revela cómo “..La economía ha tenido a devorar a las otras ciencias sociales, neutralizando la posibilidad de pensar y estudiar todo aquello que no es mercado…” (De la Haba 3). Esta cita se vincula con el artículo de Zárate porque dice “…El caso de Máxima Acuña enfrenta diferentes visiones de aquello que llamamos progreso” (Zárate 3). Estas “diferentes visiones” tienen que ver con la protección de la naturaleza.
El documental, “Hija de la laguna”, realizado en 2015 por Ernesto Cabello, demuestra el activismo de Nélida Ayay Chilón. Nélida trabajaba con Máxima Acuña y la comunidad campesina para proteger el área. A lo largo del documental, ella habla directamente con “Mamayaco” como si fuera una persona. Ella dice “¿Por qué tanta injusticia contra ti?”, y “Tú eres un ser viviente”. Esta personificación resalta la gravedad de la situación porque nos hace cuestionar las acciones de las compañías que destruyen la naturaleza para explotar los recursos naturales. La escena en que la policía invade la propiedad de Máxima representa cómo esta manifestación de globalización es inhumana y tenemos que encontrar una solución global para proteger nuestro planeta.