Emilia Pardo Bazán

Emilia Pardo Bazán escribiendo

 

Emilia Pardo Bazán nació en La Coruña en 1851 y pasó a ser una de las escritoras españolas más influenciada y destacada del sigo XIX por su defensa de la mujer y sus condiciones sociales y legales. En su conferencia “La educación del hombre y de la mujer”, ella muestra muy claramente el problema sistémico de cómo se educa a las mujeres en comparación con los hombres. Diríamos que el tema principal del discurso viene de la cita famosa de Pardo Bazán que dice:

“la educación de la mujer no puede llamarse tal educación, sino doma, pues se propone por fin la obediencia, la pasividad y la sumisión.” 

A través de la conferencia ella hace referencia a la noción de que los hombres ponen a las mujeres bajo de su control y que ellas viven para servir a los varones desde el nacimiento hasta la muerte. Se usa la palabra doma a propósito, que típicamente es una palabra que tiene que ver con los animales o mascotas, para demostrar esta idea de control.

Para empezar su discurso Pardo Bazán tiene que definir las diferencias entre la educación del hombre y de la mujer para que el lector tenga una base sólida para el resto de su charla. En esa época la educación del hombre se inspira cosas optimistas y fe en la perfectibilidad de la naturaleza de ser humano mientras que la de la mujer viene del postulado pesimista. Ella dice que:

“[…] la intensidad de educación, que constituye para el varón honra y gloria, para la hembra es deshonor y casi monstruosidad.” (Pardo Bazán, 124)

Esta cita es muy reveladora de los pensamientos sociales del día con la educación de la mujer. La misma cosa, la inteligencia, significa algo distinto para el varón que para la mujer. La describe como monstruosa que la mujer tenga una educación pero para los hombres lleva el significado de la naturaleza humana y honor. Este pesimismo se convierte a la mujer en un estado de inmovilidad. Dentro de este círculo oscuro la mujer tiene que obedecer y servir a los hombres de su vida. Es decir que desde el nacimiento la mujer se pone bajo el control del padre y luego con el matrimonio el esposo e hijos. Dice que:

“[…] el eje de la vida femenina para los que así piensan, no es la dignidad y felicidad propia, sino la ajena del esposo e hijos, y si no hay hijos, ni esposo, la del padre o del hermano, y cuando estos faltaren, la de la entidad abstracta género masculino.” (Pardo Bazán, 125)

Lo que fue dicho es muy importante porque significa que incluso si no hay hombres en su vida, la mujer todavía tiene que servir al concepto de todos los hombres para tener valor en la sociedad patriarcal.

Ahora pasamos por el tema relacionado con el de Concepción Arenal, la educación física de la mujer. Como su compañera escritora, Emilia Pardo Bazán discute sobre la importancia del ejercicio físico en relación a la buena salud de ellas. Pero adentro de este tema existe una brecha en la manera en que la sociedad tolera la educación física. Menciona que es algo:

“recomendado al hombre, se tolera a la mujer en la niñez y juventud  y se reprueba después del matrimonio.” (Pardo Bazán, 127)

Esto actúa como otra forma en que los hombres mantienen a las mujeres bajo su control y Pardo Bazán está reforzando esta idea. En conjunto con la física es lo que se titula le educación moral femenina que se trata de la dignidad y cualidades morales de la mujer. Es algo que es esencial es la búsqueda de virtud tanto para los varones que las hembras. Otro problema grande que ella se hace referencia es que en relación a la educación intelectual poco a poco son mayores y más graves las diferencias que las relaciones entre la de los hombres y la de ellas.

A lo largo del texto ella usa el estilo de preguntas retoricas para que el lector piense y reflexione sobre las claras injusticias que existían. Algunas de las preguntas que le pregunta a todos son:

“¿No es hija de Dios sino cunado es compañera del hombre? ¿No tiene un alma aparte de la nuestra, inmortal como la nuestra, que como la nuestra toca a lo infinito por la perfectibilidad?” (Pardo Bazán, 132)

Al final ella se refiere a Concepción Arenal y dice que ella no ha venido literalmente con el cuerpo sino en espíritu para guiar su discurso. Lo que Pardo Bazán pide a la sociedad es algo práctico y concreto para la inmediata reforma de la enseñanza de la mujer. Dice algo muy similar que Concepción Arenal cuando dice que las hembras necesitan la educación más que los hombres para que sean más persona a la misma vez.