La trama de la novela: La Tribuna (1882) se desarrolla alrededor de su protagonista central, Amparo y de su relación con Baltasar, un joven de alta clase social. Aunque La Tribunapuede ser leída en diferentes formas, en la ultima pagina de la historia, cuando el hijo de la cigarrera Amparo y el joven teniente Baltasar nace, una voz grita en la calle: “¡Viva la República Federal!” (La Tribuna, p. 140). La gestación y el nacimiento de este niño podría muy bien representar la formación y el nacimiento de la primera República Federal Española ya que, el tiempo de la narración se lleva acabo al mismo tiempo que la crisis política de 1872 y 1873 que dio paso a la revolución española, conocida como La Gloriosa, y a la Primera República Española. Otro punto de vista valido es que, con el nacimiento del hijo de Amparo y Baltasar, Amparo podría haber creído morir su oportunidad de mejorar su posición económica y social y que la lucha por sus derechos como mujer, y sobre todo como persona, nunca sería fructuosa.

La Tribuna es probablemente uno de los trabajos más llamativos y sugerentes de la escritora española Emilia Pardo Bazán (1851-1921) quien es reconocida como feminista. En La Tribuna, la condesa aborda los problemas laborales de las mujeres obreras de la época, haciendo uso así, de su protagonista Amparo quien, poco a poco, se convierte en una líder obrera que defiende la república con pasión y espontaneidad. Amparo, al tener aspiraciones, no solo amorosas, pero sociales, políticas y sindicales, demuestra la tenacidad y complejidad del carácter de las mujeres españolas de la época.  La protagonista lee a diario la prensa republicana a sus compañeras de trabajo, incitándolas de esta manera, a ser participes de la lucha obrera por sus derechos como trabajadoras.  Esta representación de la mujer determinada y valiente hecha por Pardo Bazán no es solamente altamente innovadora para mediados del siglo XIX, sino también futurista pues, no solo acepta, también anticipa la incesante lucha de las mujeres españolas por su dignidad como trabajadoras y como mujeres.

Doña Emilia visitó la fábrica de tabacos de La Coruña en varias ocasiones con la intención de escribir un relato tan realista que, ahora en día, es digno de ser llamado “la primera novela naturalista española”, muy a pesar de que sus descripciones tan detalladas, basadas en sus estudios de la realidad proletaria, pudieran haber resultado repulsivas a algunos de sus lectores de mayor alcurnia.  Muchas personas son usualmente indiferentes a los problemas que sufren los que no son como ellos por que no conocen, ni les interesa conocer, las necesidades de los más pobres. En los tiempos de doña Emilia, el ser feminista y abogar por los derechos de los más débiles no era considerado un símbolo de fuerza sino de rebeldía. La condesa fue acusada de feminista. En lugar de reconocérsele la labor benéfica que hacía al denunciar las desigualdades sociales, Pardo Bazán recibió “criticas, insultos machistas y discriminación hasta por sus propios compañeros escritores” (López, 2017). La RAE, o Real Academia Española, nunca le permitió la entrada. Es ese mismo mundo machista y desigual el que Emilia Pardo Bazán criticaba en sus ensayos y sus novelas como La Tribuna.

A pesar del rechazo y las criticas que se le hicieron a La Tribuna, la novela cumple su cometido al llamar la atención de un público más sensible. Los lectores que entendieron el mensaje de defensa hacia los trabajadores pudieron ser capaces también de abogar por los derechos de los más débiles. El instinto político de la condesa le hacía ver a este público que, defender a la república era también un sinónimo de defensa a los derechos de la clase obrera, el pilar de la nación. Esta defensa por la mujer de las clases menos privilegiadas puede verse a través de la bibliografía de la obra de Pardo Bazán ya que, entre sus ideologías progresistas, doña Emilia critica los roles de los hombres y las mujeres en la sociedad en cuanto a el patriarcado, la diferencia entre el espacio público y el espacio privado de la mujer, la hipocresía del mantenimiento de las apariencias sociales, la desigualdad de género, la falta de educación y a las leyes que someten a la mujer. Todos estos temas siguen siendo extremadamente importantes para el movimiento feminista en la modernidad. Ejemplos de la protesta social de Emilia Pardo Bazán, en cuanto a las nociones populares de la época sobre la identidad de la mujer y su oposición en contra del llamado “Ángel del Hogar,” se pueden encontrar en cuentos como La Medias Rojas (1914) y Feminista (1909) en donde sus correspondientes protagonistas, al igual que Amparo, viven en un mundo marcado por apariencias, desigualdades y machismo.

Aunque altamente feminista, el trabajo de Emilia Pardo Bazán, al denunciar las condiciones laborales en este tipo de fábricas como las cigarrerías, también ayudaba a que hombres y mujeres se beneficiaran de igual manera ya que, los mejoramientos logrados a través de estas denuncias en los lugares de trabajo beneficiarían a los dos sexos. Ejemplos de esta imparcialidad que la condesa sentía hacía el sufrimiento de la clase obrera los encontramos en personajes como Jacinto.  Si bien es cierto que esta historia contiene temas bastante modernos, como el feminismo y los derechos de la clase obrera, el abuso y deshumanización que sufren los más trabajadores e inocentes, los campesinos, también son mencionados por Pardo Bazán. Jacinto/Chinto, es un personaje sumamente importante para la trama, tanto así que la autora le dedicó un capítulo completo en La Tribuna: “Aquel Animal.” A pesar de que el uso del Naturalismo en el texto provoca imágenes chocantes con respecto a Chinto, aun cuando se le describe primero como solo un niño: “tenía facciones abultadas e irregulares, piel de un moreno terroso, ojos pequeños y a flor de cara: en resumen, la fealdad tosca de un villano feudal” (Bazán, Cap. VI).  Lo más perturbador no son las descripciones físicas del aldeano, sino como los otros personajes lo explotan, maltratan y menosprecian.

Chinto, debido al maltrato y abuso recibido desde niño, siendo el un campesino llevado al pueblo de Marineda, nunca aprendió el palabrerío necesario para provocar el interés de su primer amor, Amparo.  Sin embargo, este hombre manso, muestra ser más honorable y valiente que Baltasar.  Incluso se ofreció a ser el padre del hijo que Sobrado rechazó, “yo me pondré por padre y nos casaremos si quieres…” (Bazán, Cap. XXXVIII).  Es irónica la insistencia de Amparo en que en la república todos son iguales, mientras ella nunca dejo de menospreciar y maltratar a quien consideraba inferior, alguien que solo le hacía bien, Chinto. En este respecto vemos como Emilia Pardo Bazán lejos de idealizar la imagen de Amparo, convirtiéndola en una heroína sin defectos, muestra a la cigarrera como una mujer que también es susceptible a las ideologías de la época convirtiéndola, en ocasiones en parte del problema discriminatorio social. En varias ocasiones, el lenguaje despectivo con que se describe a Chinto está acompañado de recuentos sobre la explotación que Amparo y sus padres sometían al aldeano: “siendo el paisanillo tan útil, por mejor decir tan indispensable, no hubo criatura más maltratada, insultada y reñida que él” (Bazán, Cap. XII). Pardo Bazán era una escritora que no solo veía los problemas de la mujer, pero también se daba cuenta del clasismo que provocaba la discriminación hasta entre los mismos pobres.

En varias ocasiones la condesa describe con reprobación la actitud de otros personajes femeninos en la novela contrastándolos con otros que se encuentran en las mismas circunstancias. Por ejemplo, el caso de dos mujeres que se tienen que quedar en casa por diferentes razones. Mientras el señor Rosendo, padre de Amparo, vive solamente para proveer a su familia, la madre es una mujer paralitica quien, después de pasar años siendo explotada en la fábrica de tabacos, considera justo el ser ella misma quien ahora explote y abuse los cuidados de su marido e hija “Que trabaje – decía – como yo trabajé… ¡Que sudasen!” (La Tribuna, p.8). Por otra parte, la “consejera y amiga” de Amparo, Carmela, sacrificada y constante, logra cumplir su sueño de irse a un convento valiéndose, irónicamente, de otra figura masculina: la suerte que le da el Niño Dios de las Madres Descalzas, quien la ayuda a sacarse la lotería y poder pagar el dote del convento.

En La Tribuna, encontramos otras referencias a las opiniones que Pardo Bazán tenía en cuanto a la educación de la mujer.  La condesa habló en su obra literaria sobre los diferentes tipos de educación que las personas, mujeres y hombres, debían tener:  La educación tendría que ser compuesta por educación física, moral, intelectual, religiosa, social y técnica. En el caso de Amparo, aunque la joven sabia leer, no tenia educación suficiente para desarrollar su innato talento de líder. De haber tenido una educación más completa, seguramente la cigarrera no hubiese sentido la necesidad de poner sus esperanzas en un hombre que terminó por abandonarla.  Amparo, aunque era una joven activa, se dejaba influenciar fácilmente por la propaganda política, la que leía sin entenderla a profundidad. Además, su educación religiosa no se llevo acabo ya que Amparo prefería la calle a la iglesia. Su madre, por que trabajaba tanto, no estaba allí para asegurase que la niña se educara. En cuanto a su educación moral, los padres de Amparo no parecieron inculcarle valores moralistas o académicos más halla que el de la meta de convertir a la niña, al igual que su madre, en cigarrera. “De tales instintos erráticos tendría no poca culpa la vida que forzosamente hizo la chiquilla mientras su madre asistió a la Fabrica” (La Tribuna, 45). Paradójicamente a la imagen de la mujer emprendedora y trabajadora, Pardo Bazán hace un reproche a el abandono de la educación de los hijos.

La historia del feminismo en España está profundamente ligada a la historia de la clase obrera, campesina y a la de todos los sectores que desean una mejor vida. Pardo Bazán era una aristócrata con opiniones liberales que creía en el derecho que tienen todas las personas a educarse y tener una vida digna. A simple vista, esta novela relata una típica historia de amor imposible entre un burgués y una proletaria. No obstante, los temas de La Tribuna son de bastante profundidad ya que esta novela también pinta varios aspectos importantes de la sociedad en que se llevan acabo sus hechos; temas como la desigualdad e injusticias entre clases sociales. De tipo naturalista, la novela, que tiene como escenario principal el pueblo provincial y cuna de Pardo Bazán, La Coruña, enmascarado con el nombre de “Marineda”, aborda preocupaciones e intereses de los españoles de mediados y finales del siglo XIX.  Uno de los temas que más llama la atención en La Tribuna es el de la lucha feminista en el campo laboral. Este tema sigue siendo bastante actual ya que, el personaje principal de este relato no es un hombre; es una mujer con iniciativa a la que su osadía por pedir mejoras e igualdad laboral y social podría haber resultado insólita para algunos lectores, y heroica para otras.

 

 

 

 

Referencias y Enlaces

Pardo Bazán, Emilia

Feminista: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/feminista–0/html/ffb54d56-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html

La Tribuna: http://biblioteca.org.ar/libros/70361.pdf

Las Medias Rojas: http://www.cervantesvirtual.com/obra/las-medias-rojas–0/

López, Alberto. “Emilia Pardo Bazán, la escritora aristócrata que defendió los derechos de la

mujer” Madrid, 16 de septiembre de 2017.