El problema de la tranvía de oro
La película La hija de la laguna muestra las dificultades de una comunidad luchando por su tierra contra una minera. Es una película emotiva que te hace pensar en el poder del dinero, pero también en el poder de la naturaleza. Ambos la película y La Dama de la Laguna Azul versus la Laguna Negra de Joseph Zárate tratan sobre la misma historia, pero de perspectivas diferentes.
Ambos trabajos destacan los problemas potenciales de la globalización, que Néstor García Canclini discute en su entrevista. Aunque hay ventajas de la globalización, como crear trabajos, puede ser peligrosa también. Si el Perú se limitara a minar oro para sí mismo, no sería a una escala tan grande, por lo tanto, no causaría la misma cantidad de daños en términos de desechos tóxicos y robo de tierras a comunidades inocentes. Sin embargo, la demanda de oro es global y el Perú tiene la capacidad de vender a un mercado internacional. Las empresas son avaras y esto es lo que causó el daño en la comunidad de Máxima Acuña.
Como se mencionó antes, la globalización puede ser buena para un país. Crea trabajos y estimula la economía. Por lo tanto, la lucha de Máxima Acuña plantea una pregunta que Zárate hace en su crónica. ¿Vale más el oro de todo un país que la tierra y el agua de una familia? Es una pregunta esencial de entender los pensamientos del gobierno y la gente de Perú que se opone las minas. Creo que puedes comparar esta dilema moral al problema de tranvía, un ejemplo de examinar los éticos de una persona.
En el problema de tranvía, tienes el poder de salvar muchas personas, pero al mismo tiempo tienes que sacrificar una persona, o al revés. Entonces, la pregunta que tienes que pedir sobre Perú es, ¿debes sacrificar el bienestar de una familia para la posibilidad de mejorar la economía del país? No tengo la respuesta, pero, las emociones que evocan tanto la película como la crónica me llevan a decir que no.